Antes de que la OMS decretara una Pandemia Mundial por el virus SARS-COV-2, capaz de generar la enfermedad por COVID19, ya sabíamos noticias de su pasada por Wuhan (China) y la cantidad de muertes que ahí había generado. Sin embargo, nos parecía un evento lejano. Luego, cuando supimos de su devastador paso por Italia, Francia, España y el Reino Unido, empezó a hacerse más cercano, para llegar finalmente a nuestro lejano país y entramos a entender que este enemigo para nuestra salud era un ente real y cercano.
De ahí en adelante, conceptos como PCR en tiempo real, test de anticuerpos, ventiladores mecánicos, camas críticas, cuarentena, uso de mascarilla, lavado frecuente de manos, contaminación, formas de transferencia, etc., pasaron a nuestro vocablo y uso normal.
Se han realizado muchos estudios sobre el tema: tiempo en que un paciente sigue con capacidad de contagiar, respuestas de la PCR, vida y muerte del anticuerpo IgM, persistencia del anticuerpo IgG, transferencia a través de distintos medios y formas, etc., hasta que nos empezamos a poner en la situación de una vuelta a la actividad comercial, laboral, educacional y social. Y empiezan las preguntas: ¿cómo será?, ¿qué controles y precauciones habrá que tomar?, ¿de qué me debo cuidar?
La realidad es que el virus persiste por largo tiempo en superficies, empaques, aguas, lodos y, obviamente, en secreciones de enfermos o contagiados. ¿Cuánto tiempo? Tres días en papel o acero, 14 o más días en secreciones humanas, varios días en aguas residuales y lodos, otros tantos en ductos de recirculación de aire acondicionado, etc.
Entonces, lo que debemos hacer es descontaminar, sanitizar. Hoy a las personas, áreas de trabajo, medios de transporte y otros, se les aplica una serie de elementos para mantener este control: amonios, ozono, ácidos clorados débiles, soluciones de hipoclorito, etc. Y hemos visto arcos sanitizadores, aseo de calles, limpieza de superficies.
Y nos estamos preguntando: para el próximo viaje de negocios o vacaciones, ¿qué le pediremos al avión, el hotel, la cafetería o el restaurante?
Así hemos desembocado en la necesidad de que las empresas nos demuestren qué hacen y cómo verifican que nos pueden brindar un servicio o producto libre de contaminación. Es más, debiéramos preguntarnos hasta el punto de determinar cómo establecen que el laboratorio que hace la PCR tiene buenos niveles de control de calidad y performance, cómo demuestra su destreza y capacidad.
Afortunadamente, para todas estas disquisiciones existe alguna opción de laboratorio en Chile que nos pueda brindar satisfacción respecto de:
• Poseer una metodología fiable, basada en kits reconocidos por la CDC (USA) o ISP (Chile).
• Tener experiencia en biología molecular y la aplicación de la técnica PCR en tiempo real en virus.
• Tener validada su metodología para poder analizar superficies, aguas residuales, lodos y alimentos.
• Haber participado en el primer Interlaboratorio Internacional realizado recientemente para la detección de SAR-COV-2 en humanos, de modo que sus resultados sean confiables en la detección de la enfermedad.
Sólo así el proceso de desinfección, que se ha vuelto fundamental para la prevención y funcionamiento de la industria de diferentes rubros, estará completo y nos podrán mostrar un buen nivel de control y aporte a la inocuidad y seguridad de los lugares, instalaciones, vehículos, productos, trabajadores y público.
Hoy la nueva realidad es que debemos preocuparnos y ocuparnos de ello, como clientes que somos, verificando nuestros procesos de sanitización, controlando los productos de limpieza, de forma de estar seguros de la completa ausencia de SAR-COV-2
Experto Macro Food
Especialista en Alimentación Colectiva
@Expertomacrofood